Taormina

Taormina es sin lugar a dudas una de las joyas sicilianas. Bien es cierto que la sobreexplotación turística ha derivado en una aglomeración de curiosos extranjeros que agitan la vida de los 10.000 habitantes de la ciudad.

El Teatro griego de Taormina con el volcán Etna al fondo
El Teatro griego de Taormina con el volcán Etna al fondo

Emplazada a doscientos metros de altura, sobre el Monte Tauros, una espléndida terraza natural, Taormina, la antigua colonia Tauromerion, fundada por colonos huidos de la saqueada Naxos en el 403 a. C, fue, arrasada por Siracusa, enaltecida por los romanos, y capital de la isla por un periodo breve de la Sicilia bizantina. Desde su toma por los normandos en 1078 hasta el siglo XVIII, no pasó de ser un apacible pueblo de costa. A partir del 1700, escritores alemanes e ingleses como Bartlett y Goethe que emprendían circuitos de inspiración por Europa, pararon por Taormina. Aún así, no sería hasta 1866 cuando el ferrocarril una la ciudad con Mesina, facilitando el acceso de turistas del Norte de Europa, algunos tan ilustres como el emperador alemán Guillermo II.

Panorámica Teatro de Taormina
Panorámica Teatro de Taormina

Cuna de los descansos de algunos de los escritores más importantes del siglo XX como Truman Capote, Tenessee Williams, Thomas Mann o Cocteau entre otros, y de artistas como Greta Garbo, Cary Grant, Dalí, Orson Welles o rita Hayworth, Taormina ha dejado de ser un lugar de reflexión para formar parte de uno de los ejes de exaltación turística de Sicilia.

Sin embargo, tales son los placeres visuales que nos puede ofrecer la ciudad que es imprescindible visitarla. Cabe destacar sobre manera el Teatro griego cuya importancia se evidencia en el posterior uso que continuaron los romanos. Pero no es la única joya, Taormina no sería nada sin los adornos naturales que engrandecen el teatro; la panorámica de la bahía de Naxos y el Etna al fondo hacen del Teatro de Taormina una de las postales más recurrentes de nuestra visita a Sicilia.

Qué ver y hacer en Taormina

Paseando por las calles de Taormina, repletas de recuerdos típicos sicilianos, encontraremos reminiscencias de la ocupación de la corona de Aragón, como los detalles del palacio Corvaja o el Ciampoli de estilo gótico catalán, o calles floridas de corte medieval, sin obviar la catedral de Taormina, Il Duomo de San Nicolo, la villa comunale con sus jardines, o el palacio de los Duques de San Stefano, uno de los mejores ejemplos de arquitectura normanda de la isla.

Duomo de Taormina
Duomo de Taormina

Cómo llegar a Taormina

Es recomendable acudir en transportes públicos, ya que el centro de Taormina es peatonal y aparcar el coche es bastante complicado, incluso en el inmenso parking de varias plantas.Otra opción es armarse de paciencia, o madrugar, o incluso dejar el coche algo más arriba de la ciudad, en dirección a Castelmola, que es a su vez un mirador perfecto para ver el Etna.

Aún así, para los valientes, la zona de Mazzaro, la playa a los pies de la ciudad, es el lugar idóneo para dejar el coche. Desde aquí bien el autobús o el funicular nos llevarán al final de Via Luigi Pirandello, la carretera que sube del mar al centro de Taormina. Allí, la porta Messina, marca la entrada a la calle principal, el Corso Umberto I, repleto de tiendas de ropa y de recuerdos, tiendas de antigüedades, y balcones vestidos de flores.

Calles decoradas de Taormina
Calles decoradas de Taormina

Siguiendo Umberto I llegamos a la Plaza Vittorio Emanuelle II, construida sobre el antiguo foro romano, y que ahora alberga el palacio Corvaja o Corvaia (s. XIV), sede del primer parlamento de Sicilia (1410), y que combina una torre árabe del siglo X, decorada con piedra lávica y piedra pómez blanca, además de toques de gótico catalán.

Actualmente es la sede de la Oficina de Turismo de Taormina y del Museo Siciliano d’Arte e Tradizioni Popolari, con pupis, marionetas sicilianas, vestidos típicos, carrettos y gran variedad de piezas, entre ellas los ex-voti, ofrendas rústicas de pinturas vótivas en agradecimiento a la intervención divina en salvaciones “milagrosas” en multitud de variopintos sucesos accidentados.

A la izquierda del palacio está la Iglesia de Santa Caterina, construida en el siglo XVII sobre restos aún visibles desde dentro del odeón romano, un mini-teatro que albergaba 200 plazas.

Teatro de Taormina

En el otro extremo de la plaza, el desvió de la Via Teatro Greco nos lleva hasta el espléndido Teatro, que es el monumento más solicitado de Taormina.

Cerca están las ruinas de las Naumachie, titánica obra de una pared sostenida con contrafuertes, que permitía almacenar en una cisterna, las aguas provenientes de la montaña, para abastecer la ciudad e irrigar campos.

De vuelta al corso alcanzamos la Piazza 9 Aprile, un mirador sobre el mar y el Etna. En ella la ex-Iglesia de San Agostino de 1486 hace las veces de Biblioteca, y sobre una escalinata, la barroca Iglesia de San Giussepe. Sobre la porta di Mezzo la torre dell’Orlogio despide la agitada plaza llena de turistas degustando los cafés más caros de Sicilia.

De esta manera nos adentramos en el barrio más antiguo de Taormina, y en el que las influencias árabes se hacen más patentes, con callejuelas que desembocan primero en la Iglesia de San Giovanni de Malta de 1533, en el Palacio Ciampoli, un edificio gótico-catalán de 1412, con ventanas geminadas que hace de Hotel; y más adelante en la Plaza del Duomo, con el Comune (ayuntamiento), y la Catedral di San Nicolo, tan sobria como prescindible.

Duomo de Taormina

Via Umberto acaba en Porta Catania, donde un escudo aragonés (1440) nos hace pensar que podríamos estar en cualquier zona del Levante Español. Antes de llegar, subiendo una serie de cuestas empinadas, arribaremos a la Badia Vecchia, (Aquí está el Museo Arqueológico) una torre normanda con almenas que se reformó en el siglo XIV. Otro ejemplo de arquitectura normanda es el palazzo dei duchi di San Stefano, en la Piazza San Antonio

Para descansar del ajetreo, la Villa Comunale, debajo del Teatro, jardines repletos de vegetación diversa, que a finales del XIX pertenecieron a la aristócrata escocesa Miss Florence Trevelyan (al parecer amante del futuro rey Eduardo VII), quién ideo unos edificios de ladrillo al estilo “lego”.

Debajo de Taormina se halla la isola bella, un islote que en bajamar abre un camino de arena con la playa, y en los alrededores podremos visitar las Gargantas de Alcántara, inaudita formación basáltica en forma de desfiladero.

Hoteles en Taormina

Taormina, al igual que otros destinos concurridos de Italia como Capri o Cinque Terre no es un lugar barato donde dormir, y los precios de hoteles y alojamientos son a veces muy elevados obre todo en agosto.



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Excursiones y actividades en Taormina

En Taormina puedes hacer excursiones en barco, cata y degustación de productos, cursos de cocina, tours al Etna, recorridos cinematográficos a Savoca tras las huellas del Padrino, y un montón de actividades más.

Isola Bella desde Taormina
Isola Bella desde Taormina

Alquiler de coche en Taormina

 

Mapa de Taormina