San Vito Lo Capo, en la provincia de Trápani, cuenta con ese aire amable y acogedor de las ciudades del norte de África como Argel o Tunicia.
La península donde se ubica San Vito lo Capo tiene a los flancos dos reservas naturales, la de Monte Cofano y la Riserva naturale dello Zingaro.
El ambiente de la playa del municipio, con sus palmeras, sus casas bajas decorando con buganvillas sus patios se semejan a las tradicionales kasbah de Marruecos. Pero no sólo la arquitectura y el urbanismo beben de ese aire magrebí, puesto que uno de los platos esenciales de la gastronomía local es el cuscús, y de ello cada año se celebra el ya célebre Couscous Festival, que reúne a los maestros cocineros de esta especialidad mediterránea en una competición por países.
San Vito es un destino turístico de primer orden gracias a su playa, pero hay que recordar un pasado histórico que se desprende de su Torrazzo, la vieja torre fortificada de vigilancia que a diferencia de las obras del arquitecto militar Camillo Camilliani, que actuaban como alarma contra los ataques berberiscos durante el medievo, fue levantada por iniciativa privada para la defensa de la tonnara adyacente.
El otro monumento destacado es el templo de St. Crescentia, de estilo árabe-normando, y que se relaciona con la leyenda de St Vitus, el mártir ajusticiado por Diocleciano.
Sol, mar que no envidia al caribe, hospitalidad y los mejores platos de pescado de Sicilia nos esperan en San Vito lo Capo, un destino agradable para unas vacaciones de los que conociendo Sicilia quieren pasar una larga temporada.