En la desembocadura del riachuelo Cefalino se asienta el evocador lavadero (lavatoio) medieval, cuyas pilas cavadas en la roca fueron utilizadas por las mujeres de Cefalú hasta hace poco tiempo. En la actualidad, su restauración para uso turístico ha permitido admirar una impronta del pasado lejano y al mismo reciente de Cefalú.
