El promontorio de basalto donde se ubica el actual castillo fue denominado en tiempos prerromanos Saturnio y en época romana Acis-Castellum.
Usado como puesto de observación y vigilancia debido a su posición estratégica que permite divisar las embarcaciones procedentes de Mesina.. Los restos arqueológicos hallados sobre todo en el fondo del mar atestiguan la presencia de dichas civilizaciones si bien no existen huellas físicas de este periodo.
Los bizantinos construyen una fortificación denominándola AKis hasta que la nueva fortificación pasa a llamarse Castrum Jacia que es conquistada por Ibrahim en el 902 y destruida. El califa El-Moiz atendiendo al valor estratégico la rehace en el 969 denominándose El.Bagi primero, y posteriormente El-tagi, El-Iaci y después Li-Iaci, como constatan algunos manuscritos de la época.
Los historiadores árabes ya hacen referencia al asedio que sufrió el castillo durante el periodo de ocupación musulmana y resistencia bizantina. Según dichos testimonios en el 902 se consuma la ocupación de Liag o ‘Al Yag (presuntamente el nombre árabe de Aci).
Con la conquista de la isla por parte de los normandos se lleva a cabo la construcción de la actual estructura del castillo que data del siglo XI. Le reedificación del castillo conlleva la implantación de innovaciones militares como el puente levadizo, las cisternas de agua potable y estancias para víveres y prisión.
A finales de ese siglo (1092) se concede la posesión del castillo al obispo de Catania que recibe en el 1126 las reliquias de Santa Ágata procedentes de Mesina vía Constantinopla. Son todavía visibles en una sala del castillo que posiblemente fuese empleada como capilla, los restos de un fresco desgraciadamente en un estado grave de deterioro, que atestiguan dicho acontecimiento.
El castillo verá como pasa a manos de Federico II de la casa de Suevia y dinastía de los Anjou que gobernó sicilia en el siglo XIII hasta que tras las Vísperas sicilianas se inicia la revuelta y la isla pasa a formar parte del reino de Aragón.
Con la llegada de la corona de Aragón al poder Federico III de Aragón lo concede al almirante Roger de Lauria como premio a sus empresas militares.
Sin embargo tras la toma del castillo por parte de insurgentes angioinos Federico III de Aragón destruye en 1297 la fortificación. Durante los siglos posteriores la lucha por el poder de las familias feudales provoca que el castillo cambie de manos.
En época moderna y en el marco de la corona española y los virreyes Felipe IV vende el castillo en 1647 para sufragar gastos de guerra europeas al conde Genoves Giovanni Andrea Massa cuya familia lo gestionará hasta el siglo XVIII cuando se suspenden los fueros feudales y entra a formar parte del patrimonio del Comune.
En 1669 el terremoto y posteriormente en 1693 la erupción del Etna vuelven a afectar al estado de la fortificación. Ya en el XIX (1818) un nuevo terremoto provoca graves daños y pierde su uso de prisión que se había iniciado en época borbónica (1787).
El fascinante literato siciliano Giovanni Verga se inspiró en los abatares del Castillo para “La historia del castillo de Trezza”. En las primeras décadas del siglo XIX el estado de abandono del castillo lo convierte en escombrera de desperdicios y durante la segunda guerra mundial alguna de sus grutas se emplean como refugios antiaéreos. No es hasta 1967 cuando la Entidad de Patrimonio y monumentos de Sicilia oriental restaura levemente la fortificación. En la actualidad el castillo posee un museo cívico inaugurado en 1985, donde se realizan exposiciones, visitas guiadas, y muestras de materia arquelógico.