Dominando la isla de Sicilia, en el Sur de Italia, el Etna es, con sus 3.342 metros, el volcán activo mas grande de Europa. Morfológicamente el Etna es una gigantesca mole que ocupa una gran extensión de la parte Este de la isla de Sicilia. Las laderas propiamente dichas empiezan a alturas variables entorno a los 1.000 metros reconociendo una típica forma de cono truncado con pendiente moderada.
A 2500 metros de altitud, donde la pendiente se suaviza, aparecen numerosos conos modernos, después, entre los 2.900 y hasta los 3.250 la pendiente se hace más abrupta, se trata del edificio somital, un enorme cono y varios cráteres con permanentes humaredas.
RUTAS GUIADAS AL ETNA
El Etna ofrece mil y una posibilidades, desde esquiar en invierno a pasear los pueblos de sus laderas, degustando la gastronomía local. Si queremos conocerlo en profundidad lo más adecuado es visitarlo de la mano de un guía especializado en Excursiones guiadas.
Hay que tener presente que el Etna es un volcán activo y es frecuente que se produzcan varias erupciones al año. Por tanto toda precaución es poca, siendo esencial y muy importante respetar las recomendaciones y prohibiciones para evitar situaciones de riesgo.
Consejos y Recomendaciones antes de subir al Etna
Nunca va mal leer los consejos de visita al volcán Etna para elegir la forma de visitarlo:
1 – Aunque hay gente que sube hasta la cima por su cuenta, está prohibido y quién se arriesgue se juega una multa y un procesamiento penal. Debemos tener en cuenta que la actividad del Etna es peligrosa y que con nuestra irresponsabilidad podemos poner en peligro a los responsables de cuidado del Etna y el equipo de salvamento.
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2 – Desde el Refugio Sapienza hasta la cima hay más de 1.300 metros de desnivel, y a esta altura las condiciones climáticas varían con suma facilidad y la niebla impide la visibilidad.
3 – La zona de los cráteres permanece cerrada y son contadas las ocasiones en las que se reabre. Por ello es habitual que las empresas que prometen llevarnos tras pagar hasta la cima sólo nos acerquen a dar un paseo en torno de alguno de los cráteres que están a los 2.900 m.
4 – El Etna es una gran atracción turística, pero no es un parque de atracciones, y quién espere una excursión del estilo Disneyland debería tenerlo claro previamente.
HISTORIA DEL VOLCÁN ETNA
El Etna, o lo que denominaremos la actividad volcánica en la zona del Etna comenzó como un volcanismo submarino hace unos 700.000 años, y ese “foco” fué desplazándose hacia el interior, lo que llevó a la aparición de un complejo edificio formado por la sucesión de diferentes erupciones en lo que se denomina un estrato volcán.
Existen crónicas de sus erupciones desde hace más de 2000 años, y siendo unas de las últimas entre Julio y Agosto de 2001, la que arrasó la estación de esquí construida en su flanco Sur. Actualmente hay movimiento sísmico en el Etna, que deriva ocasionalmente en alertas que no pasan de eso, aunque en ciclos de unos dos años es frecuente que se produzca la erupción de alguno de los cráteres del volcán, que produce un fenómeno mediático internacional, como en la última del 2013.
Las erupciones del volcán Etna en el siglo XIX terminaron con la formación de un cráter de derrumbe, que actualmente posee un diámetro de 3 km y medio. En el año 1669, durante este ciclo, las coladas destruyeron parte de la ciudad de Catania, al Sur del volcán. Otra erupción muy destructiva fue la de 1928, donde la lava alcanzo las proximidades de la costa Este, quedo destruido el pueblo de Mascali.
La etimología del nombre del volcán siciliano Etna tiene su origen en el griego y latín. El nombre “Etna” tiene raíces antiguas y está profundamente vinculado a la historia lingüística de Sicilia. Los antiguos griegos llamaban al volcán “Αἴτνη” (Aìtnē), mientras que los romanos lo conocían como “Aetna”.
Ambos nombres tienen una conexión con el verbo griego “αἴθω” (àithō), que significa “quemar”. Esto sugiere que la etimología del nombre podría derivar de la palabra griega que significa “llama” o “fuego”, una clara referencia a la actividad volcánica de la montaña.
En Sicilia, el monte Etna también se conoce como “Mungibeddu”, que proviene de la palabra árabe “Jabal al-Bid”, que significa “montaña blanca”, en referencia a su pico a menudo cubierto de nieve.
Este nombre refleja la influencia cultural y lingüística árabe en la isla en la época medieval. La palabra “Mungibeddu” evoca un aspecto diferente del volcán, enfatizando su grandeza visual y el contraste entre la lava negra y la nieve blanca.
Ascensión al Etna
Como hemos explicado antes hay muchas formas de conocer el volcán y nosotros defendemos aquellas que respeten más el ecosistema, intentando evitar la idea preconcebida de que el Etna es un objeto inanimado y que no hay que tomar precauciones.
Para llegar a los lugares donde se inician las rutas debemos dirigirnos hacia el refugio Sapienza. De Catania se toma la dirección de Nicolosi, el último pueblo antes de entrar en el parque y en la zona de coladas de lava más recientes, de 1984- 2001.
En Nicolosi podemos quedarnos un noche y visitar lo que es un pueblo de montaña siciliano, famoso además por su gastronomía de “funggi” (hongos).
Se toma la carretera en dirección “Etna“, y en una hora se llega al Refugio Sapienza del Club Alpino Italiano y al área de esquí esta carretera continuaba después a media ladera hacia el famoso valle del Bove, (lugar de las mas impresionantes erupciones y la famosa cascada de lava) pero fue cortada por la ultima erupción de verano de 2001 y aún no ha sido totalmente reconstruida.
Una vez en el refugio Sapienza, a 1.910m de altitud tomamos el camino evidente que asciende paralelo a las pistas de esquí en parte destruidas por la ultima actividad. Según ascendemos dejamos las coladas de lava a nuestra derecha, en aquel momento se podía ver el típico efecto “espejismo” del calor en el aire, y es que algunas de estas coladas en su interior aun estaban a 80ªC.
Este camino puede hacerse con los autocares todoterreno 4×4 que suben a los turistas hasta la cota 2.500 y donde un guía nos explica la actividad de la parte superior del volcán.
Continuamos dirección al antiguo refugio Torre del Filósofo a 3.000 metros de altitud, hoy abandonado, pero donde puede ser interesante pernoctar en caso de querer hacer el recorrido circular del volcán y visitar la célebre gruta del hielo de la cara Norte (llevar un buen saco). El marco es incomparable: del refugio se divisa ya el edificio somital, un cono de 200 metros y el gran domo que forma la cumbre principal.
Al pie del cono un cartel nos advierte del peligro de explosiones del volcán, por lo que conviene informarse bien del tipo de actividad predominante en él. En invierno, a partir de esta cota es imprescindible equiparse adecuadamente para esta altitud y condiciones.
Entre el edificio principal y el refugio está el pequeño cono Sud-Este. Por este flanco y entre el domo y los cráteres, escapan unas humaredas de gases tóxicos absolutamente irrespirables, lloran los ojos y la quemazón irrita la garganta y los pulmones. Intentar acometer la escalada por este lado sin mascarilla especial puede depararnos un buen susto.
Debemos contornear el edificio somital a media ladera y ascenderlo con el viento por la espalda desde el W o NW generalmente.
El borde del cráter del volcán se encuentra a 3.250 m aprox, y nos espera uno de los espectáculos más sobrecogedores de la montañas europeas, tres inmensos cráteres uno mas inactivo, con numerosas fumarolas y sublimados de azufre alrededor de ellas, un cráter que expulsa uno humo rojo característico y los vertiginosos precipicios del cráter central. El domo principal humea por todos sus costados y dando la impresión de querer reventar.
Desde el refugio Sapienza se tarda unas cuatro horas. Hay que tener especial cuidado con las nieblas, ya que una vez descendido el cono final, el paisaje hasta el borde del gran edificio a 2500 es bastante llano y es fácil perder las referencias.
Subir al cráter del Etna NO es una actividad al alcance de cualquiera aunque contemos con un estado de forma apto para la alta montaña.
Las condiciones de la ascensión se endurecen en invierno, cuando es necesario el uso de crampones y piolet, El resto del año un buen abrigo, unas botas duras y algo de comida son el único equipo que necesitaremos para pasear por las zonas habilitadas, siempre y como recomendación, acompañados de un guía.
Sin duda, subir al Volcán Etna y tener la posibilidad de ver las erupciones de lava son uno de los grandes atractivos turísticos de Sicilia, si bien no el único afortunadamente.