«Annacare / annacarsi = affrettarsi e tergiversare, allo stesso tempo. Un verbo intraducibile che significa una cosa e il suo contrario. Il massimo del movimento col minimo di spostamento»
Este párrafo intenta definir el significado del verbo annacarsi, un término ambiguo como pocos, que viene a englobar conceptos como la «simulación», el «camuflaje», pero sobre todo la acción de generar movimiento con el mínimo empuje, que sirve de síntesis para entender la realidad siciliana, tan complicada de subjetivizar como el propio verbo.
Es difícil explicar el remolino de sensaciones (no todas agradables) que deja la lectura de uno de los títulos más recientes en forma de ensayo sobre Sicilia. La reflexión de Roberto Alajmo no deja sin duda espacio para la indiferencia, y pocas lecturas transmiten tanta objetividad (camuflada bajo la propia subjetividad del lector) como este libro de agradable lectura. Para los que nos jactamos de conocer Sicilia (falso, nunca se conoce lo suficiente) se trata de una invitación a la reflexión, al recuerdo e incluso a la melancolía, pero también a la denuncia. Para aquellos neófitos sobre la «materia siciliana», -entendida como un universo que se abre y se expande con cada paso- supone una buena aproximación lejana a los tópicos, hiriente por momentos y golosa como un cannolo siciliano que se deshace en la boca.
A través de un hilo de capítulos que nombran una sucesión de ciudades, pueblos y lugares de Sicilia, Alajmo nos transporta en un barco que surca las corrientes más azarosas del «mar siciliano», actuando como un tiovivo, una montaña rusa de sensaciones. Por momentos logramos estar en las nubes, observando Sicilia como lo vieron los dioses griegos, con un catalejo que nos confiere perspectiva pero distancia. En otras ocasiones nos zambullimos en los zocos sicilianos de los mercados de pescado de Catania o de la Vucchiria de Palermo, con sus olores, sus gentes llenos de ilusiones, deseos y miserias. Algunas de estas miserias las podemos tocar con las manos, como la de la historia del naufragio de la patera de inmigrantes en Portopalo di Capo Passero, donde las redes de pescadores recogían cuerpos inertes. Pero además de las vergüenzas podremos viajar acompañando a los viajeros que han pisado Sicilia como Goethe, o Blondeau y su globo aerostático.
L’arte d’annacarsi: Un viaggio in Sicilia está publicado por la Editorial Laterza. La única pega es que aún no está traducido del italiano al español…