En el valle del Dirillo, situada en una meseta, encontramos la ciudad de Acate (34 km. desde Ragusa; 7640 habitantes). Es la población más occidental de la provincia, situada en el centro de un territorio llano, cultivado con viñas, olivos y cítricos.
Acate está formada alrededor de la plaza central (Plaza Libertad), donde se encuentran los monumentos más importantes: la iglesia de San Vincenzo y el Castillo. Una vuelta por las calles de la ciudad, permite admirar la regular distribución urbanística en calles ortogonales, conservada casi intacta, pero también disfrutar de la tranquilidad que aún se respira.
A 13 km. aproximadamente de Acate nace el pueblo marítimo de Macconi, que lleva este nombre por las características dunas arenosas, típicas de la costa, que va desde Scoglitti hasta la desembocadura del río Acate o Dirillo.
Historia
Acate hunde las raíces de su historia en la época prehistórica, como demuestran muchos hallazgos arqueológicos, que se han encontrado en diferentes zonas del territorio. Muchos son hallazgos encontrados en otras zonas que confirman la presencia en el territorio de Sículos, Romanos, Bizantinos y musulmanes, con los cuales aparece por primera vez el testimonio de una casa solariega conocida como Odogrillo.
Los primeros documentos que hablan de Odogrillo se remontan al 1278. Más tarde pasó a manos de la poderosa familia de los Chiaramonte, llegando a a formar parte del Condado de Modica. Después de este período no hay más noticias de Odogrillo y su decadencia puede explicarse con el hecho de que, el centro no teniendo una numerosa población y estando rodeado por un campo pantanoso y malsano, se iba despoblando poco a poco.
Con la desaparición de Odogrillo en el valle del Addario, llega a ser más importante el casal del Biscari, un modesto pueblecito probablemente de origen griego, controlado por la familia de los Castello. En 1693 el terremoto que asoló al este de Sicilia también dejó en ruinas Biscari, y que significó la construcción de una nueva ciudad no lejos.
En 1938, por iniciativa de Carlo Adderio, un estudioso local, el nombre de la ciudad cambió de Biscari a Acate. El motivo de este cambio fue no tanto por la leyenda mitológica de aquí llegó Acate, fiel amigo de Enea, (noticia que no tiene alguna fuente histórica), sino porque los Romanos llamaban Achates al actual río Dirillo, debido a que en las orillas de su curso superior se encontraban las piedras de ágata, una roca silícea opalina.
En julio de 1943, tras el desembarco en Sicilia, las fuerzas armadas estadounidenses, tras la conquista del centro, perpetraron la masacre de Biscari, fusilando los prisioneros de guerra italianos y alemanes, juzgados sumariamente tras su rendición. Entre ellos, también el treintañero Carl Ludwig Long, campeón alemán de running, medalla de plata en el 2º de los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, después de su amigo Jesse Owens.
La economía de Acate está basada principalmente en la agricultura; la parte de la playa está explotada por el cultivo en invernaderos para la producción de primicias. Gran importancia ha tenido, en los últimos años, el cultivo de viñas con la bodega “Valle del Acate” de la familia Iacono.
Qué ver en Acate
Hay que visitar la Catedral, el Castillo, ambos en la plaza central, y la Iglesia de San Vincenzo junto a éste último. La iglesia, reconstruida después de los terremotos del 1693 y 1846 presenta sólo algunos restos del edificio original, entre los cuales están los arcos de la bóveda del coro, parte del ábside y el transepto. La Iglesia de San Vincenzo tiene tres naves y la decoración es particularmente rica de estucos, conservando las reliquias del patrono de la ciudad, y un órgano de exquisita factura. Unido al Santo está el “palio”, manifestación que se tiene en las calles de Acate.
En la cumbre del monte, el Castillo de los príncipes de Biscari, construido en 1494, pero reconstruido en 1700, se presenta en estado de parcial abandono.