Erice

Sobre el Monte San Giuliano, a 751 m de altura surge Erice, cuyo nombre deriva del siculo-itálico Eryx, que significa ‘Monte’. El panorama que se obtiene desde la ciudad es sin duda uno de los más bellos de Sicilia, con vistas de las salinas de Trapani y las islas Egadi al fondo.

Castillo Venere y las torres normandas
Castillo Venere y las torres normandas

Imprescindible en cualquier planificación de viaje a Sicilia, Erice está habitada desde el Paleolítico Superior, reúne muchos rasgos sicilianos, como un urbanismo normando, la organización árabe de la vivienda en torno al patio y un amplio abanico de dulces. Al ser una de las metas turísticas más importantes de Sicilia, la proliferación de restaurantes, tiendas de souvenirs o de productos típicos como la cerámica o los «frazzate» (tapetes coloridos), la aglomeración de gente es un hecho demasiado habitual.

En Erice se vive el Medievo respetado, sus calles empedradas llevan la historia manchada en las piedras de sus empinadas cuestas. Si la niebla lo permite, y los ojos se esfuerzan, la vista desde lo alto de Erice, permitirá alcanzar Túnez o el Etna.

Sin mirar tan lejos Trápani se abre al mar en las faldas de la montaña. Y por el otro costado Valderice, el valle que se abre hacia el golfo Castellammare.

Quizá debido a su imponente presencia, tutelando la provincia de Trápani, Erice ha sido desde tiempos inmemoriales lugar de culto y advocación a las divinidades clásicas. Incluso hoy en día sus numerosas iglesias confieren a Erice del halo de misticismo que desprendió antaño. Precisamente el punto más alto de Erice, donde se alza el castillo, fue lugar de culto y veneración -en todo el Mundo clásico y el Mediterráneo Occidental-, de las diosas del amor y la fertilidad, Astarté para los fenicios, Afrodita para los griegos y Venus para los romanos. Una curiosidad es la presencia de palomas de un blanco impoluto, que desde época clásica acuden a Erice durante su migración, quizá «obedeciendo» a la diosa Venere.

Empedrado de Erice

Si tenemos en cuenta que al llegar a Sicilia desde el Sur, Erice es un faro natural sobre el promontorio, entenderemos el porque de su importancia para la navegación. Además la existencia de un templo de origen incierto, cuyas sacerdotisas se prostituían con los peregrinos como ofrenda sacra que se veía recompensada con donaciones cuantiosas al templo explica que el binomio religión economía se prolongase en el tiempo.

Historia de Erice

Virgilio ya cita a Erice en la Eneida, y la mitología dice que Dedalo aterrizó aquí. Lo único constatable es que los Elimos, un pueblo rodeado de incógnitas, que también habitó Segesta, lo pobló desde el siglo XV al VIII a.C. Con suma probabilidad fue este pueblo el que introdujo el culto a la fertilidad que luego fenicios, cartagineses, griegos y romanos perpetuaron o incluso lo hicieron propio, como estos últimos, que construyeron templos en su honor en la propia Roma.

Ciudadela árabe, fue en época normanda, en concreto a partir de 1167, cuando tras la conquista del conde Ruggerio, adquiere el dibujo urbano de callejuelas sobre el que posteriormente se fueron edificando palacios, murallas, iglesias, las puertas de Trapani, Spada y Cármine, y el resto de elementos que perviven en el trazado que hoy admiramos, donde los estilos góticos, barrocos y renacentistas se suceden. Las estrecheces de algunas calles se deben a motivos defensivos, y también para mitigar el fuerte viento que seguimos notando hoy cuando de una calle a otra notamos el brusco cambio de temperatura.

Hoy Erice es un punto de veraneo de algunos sicilianos y extranjeros, con segundas residencias, pero sobre todo es un tesoro arquitectónico perfectamente conservado, cuyas calles sólo ven roto su silencio por los turistas y el ajetreo de los cafés y tiendas de souvenirs de las calles que desembocan en la Piazza Umberto.

Merece la pena bordear Erice por las calles más tranquilas hasta llegar al castillo y a los jardines comunales, Giardino del Balio, donde el esfuerzo de subir las cuestas se ve recompensado con la paz, las vistas, y la visita al castillo.

Desde el aparcamiento de Porta Trápani, normanda, pero sobre fortificaciones elimianas, Vittorio Emanuelle II asciende hasta la Piazza Umberto, que aglutina la vida social de Erice. A la izquierda, antes de la plaza una callejuela nos abre a la explanada de la Chiesa Madre o Duomo, Santa María della Asunta, del siglo XIV, levantada bajo reinado de Federico de Aragón. Su particular campanario, separado de la iglesia es en realidad una torre de vigilancia aragonesa de 1315. El maravilloso pórtico de la iglesia pese a ser gótico, algo inusual en la barroca Sicilia, data del 1426. Sin embargo el gótico del interior es un “parche” de 1852.

Duomo o Chiesa Madre de Erice
Duomo o Chiesa Madre de Erice

Dejando atrás la iglesia de San Salvador seguimos por Vittorio Emanuelle hasta Piazza Umberto, donde podemos tomar un café en sus terrazas bajo el ayuntamiento, a la espera de que abran el Museo Cordici, que expone tanto restos arquelógicos, manuscritos, incunables, pintura y esculturas de diferentes épocas, y cuyo relieve de la Anunciación de Antonello Gagini, de 1525 es la joya más destacada.

San Sebastian Erice

La ascensión concluye en el Giardini del Balio (que procede de la palabra «bajulo», gobernador), jardines de estilo inglés que preceden a la entrada a los castillos. Por un lado aparecen las torre medievales normandas, junto a la torreta Pepoli (un capricho del conde de Pepoli a finales del siglo XIX); y muy cerca el Castillo di Venere, que sugiere tiempos de gloria cuando haya por el siglo XII se construyó la fortaleza sobre el templo de Venus (Venere). A la entrada del castillo de Venero aún vemos el emblema de piedra de los Augsburgo, recuerdo del paso de la monarquía española. Las torres y el castillo estaban comunicadas por un puente levadizo que menciona en sus crónicas el geógrafo árabe Ibn-Giubayr.

Torre Pepoli en Erice
Torre Pepoli en Erice

Desde los jardines el recorrido continua si tenemos tiempo hasta el barrio aragonés, el Quartiere Aragonese, donde estaba la guarnición de las tropas españolas.

La Piazza San Doménico y su bonita iglesia, sede del Centro Científico Ettore Majorana, las iglesias de San Giuliano y San Martín, los pesebres de Erice en Minuatura, o la extramuros iglesia de Santa Ursula y la Addolorata son buenos puntos de interés para completar la excursión por Erice, así como la Porta del Carmine donde están los restos de las murallas de los Elimos y Púnicos.

Las suntuosas pastelerías de las calles de Erice son famosas por la elaboración de dulces de almendra y mazapán que antiguamente sólo se elaboraban en el convento. Otro producto típico de Erice son las Frazzate, alfombras artesanales confeccionadas por mano de obra local.

Cómo llegar a Erice

Para llegar a Erice podemos elegir entre el ascenso en un moderno Funicular (Funivia de Erice www.funiviaerice.it/ ) que permite volar por encima de las laderas que van dibujando las islas Egades, o por el ascenso en coche desde Trápani (14 km), que zigzagea casi de forma interminable, pero que ofrece panorámicas del mar que parece estar al alcance de la mano.

Funicular Erice

Los recorridos prefijados encorsetan la sensación de perderse e ir descubriendo los rincones que no se han visto erosionados por el paso del tiempo, las angostas callejuelas son un laberinto de cautivadoras postales vivientes. Su abigarrado aspecto se debe al limitado espacio construible, y la atención que merece protegerse del viento que azota el monte en invierno.

Los afortunados que visiten Erice en Mayo podrán curiosear los floridos patios privados que son adornados para competir, pero sobre todo para engalanarse en el concurso de adornos florales. Antes, durante la Semana Santa, la procesión dei Misteri se celebra aún con gran intensidad.

La oficina de turismo de Erice se encuentra en Piazza Umberto, en los bajos del ayuntamiento, si bien hay otros puntos de información en la Torre de la catedral y en los museos de la ciudad.

Erice, además del trazado urbano en el monte homónimo extiende su territorio hasta el mar, con la playa del Lido de San Giuliano, la Tonnara de S. Cusumano o la costa de Pizzolungo.

Excursiones a Erice

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Mapa de Erice
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