En el centro de la Plaza Stesicoro encontramos la entrada al anfiteatro romano de Catania. Aunque sólo son visibles desde el exterior restos de uno de los semicirculos del anfiteatro enseguida comprenderemos que toda su superficie se extiende por debajo de los edificios contiguos. De hecho hasta la primera década del siglo XX la plaza ocultaba completamente los restos. Fue en 1904 a iniciativa del alcalde De Felice cuando se iniciaron las primeras tareas de excavación y restauración a cargo del arquitecto Filadelfo Fichera.
El gigantesco monumento romano, no en vano es el segundo anfiteatro más grande de Italia después del Coliseo conserva el corredor que recorre todo el perímetro por debajo de la ciudad. Su estado es calamitoso debido al deterioro, y a los escasos trabajos de conservación. Algunas partes del anfiteatro también son visibles en dos partes de Via Manzoni además de la entrada de Plaza Stesicoro.
La estructura se compone de una cavea de 14 peldaños dividida en tres alturas con podio y un corredor cubierto que da a los asientos a través de los vomitorium. Posee una circunferencia externa de 309 metros y 192 metros de circunferencia de la arena, y se ha calculado que podía albergar 15000 espectadores sentados, y casi el doble con los aledaños en pié.
El principal material empleado es el aprovechamiento de piedra lávica combinado con cemento como cohesión de las piedras de lava. Entre los restos que se hayan en la arena podemos encontrar columnas y elementos de decoración para embellecer la estructura.
Respecto a la datación del anfiteatro parece sostenible las teorías que fechan su construcción en función de las técnicas constructivas a mediados del siglo II a.c.
Tras la ocupación de los vándalos la ciudad es saqueada y el anfiteatro abandonado y expoliado. Los habitantes de la ciudad utilizaran la estructura para aprovechamiento de sus viviendas o incluso el Rey Normando Ruggerio empleará sus piedras para la construcción de la catedral. Hoy en día se pueden observar estos bloques en la construcción externa del ábside de la catedral al cual se accede por la calle Vittorio Emanuele 159.
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